Jean-Jacques Blaise d’Abbadie era un diplomático bueno y noble. Se preocupaba por todas las personas bajo su mando en la Luisiana francesa. Por otro lado, también comprendía que Luisiana debía seguir siendo francesa a pesar de perder frente a España y trabajó diligentemente para asegurarse de que su gente recibía un trato justo por parte de los españoles. Jean-Jacques no era un templario, pero tenía la intuición necesaria para percatarse de que sus ideologías eran la forma correcta de proceder.
Punto vista Assassin
Jean-Jacques Blaise d’Abbadie era un político sediento de poder que estaba dispuesto a sacrificar las vidas de los otros para su propio beneficio, por mínimo que fuese. Como gobernador de Luisiana nombrado por los franceses, estaba involucrado en toda serie de acuerdos sospechosos para mantener Nueva Orleans e impedir su cesión a los españoles. Como era de esperar, se llegó a un acuerdo para enviar a los esclavos y vagabundos a una misión templaria en México, que le reportaría grandes beneficios a cambio de la vida de otros. También accedió a que los templarios tomaran el control de Nueva Orleans mientras él estaba en el poder. Este acuerdo duró 5 minutos antes de que fuera destituido del título y se le arrebatara la vida.
Punto vista Templario
Jean-Jacques Blaise d’Abbadie era un diplomático bueno y noble. Se preocupaba por todas las personas bajo su mando en la Luisiana francesa. Por otro lado, también comprendía que Luisiana debía seguir siendo francesa a pesar de perder frente a España y trabajó diligentemente para asegurarse de que su gente recibía un trato justo por parte de los españoles. Jean-Jacques no era un templario, pero tenía la intuición necesaria para percatarse de que sus ideologías eran la forma correcta de proceder.