Aquí está la capital no oficial de la naciente República de los Piratas, lugar de adopción de muchos expatriados Capitanes británicos que engrosaron los números de la piratería. Aunque Cristobal Colom llegó por primera vez, reclamando la tierra para sus mecenas españoles en 1942, no fue hasta el 1715 cuando ésta se convirtió en una isla disputada.
En la época de Edward Kenway, Nasáu había sido recientemente nombrada en busca de una identidad. Se convirtió así en refugio de piratas, en gran parte debido a los numerosos naufragios de barcos que cayeron víctimas de los arrecifes poco profundos como el terroríficamente apodado “El espinazo del diablo”. Cabe destacar que algunos de los naufragios no fueron del todo accidentes…
El infame Barbanegra, de nombre real Edward Teach, fue uno de los corsarios ingleses que se establecieron en Nasáu, nombrándose a sí mismo magistrado y dirigiendo desde el Fuerte Nasáu. Calico Jack Rackham y Anne Bonney también fueron famosos en estos lares, entre los cuales se fundó la república rebelde.
Edward Kenway se encuentra en el centro de la lucha entre el intento por recuperar el control de la Marina Real Británica y la ingeniosa reacción de los piratas en protección de sus propios ideales. Destacamos las batallas navales a grande escala y las gloriosas búsquedas de tesoros hundidos que exploraremos en las próximas semanas.
Traducción por Meilin Rodríguez
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