Quizás la más hostil de los prototipos de las naves enemigas es la “cazadora”. Estos barcos se construyen para ir deprisa, de ahí que vayan muy poco armados, pero persiguen implacablemente a los navíos dañados con el propósito de forzar las malas decisiones de navegación.
Un fatídico escenario para Edward y la tripulación del Jacdaw podría empezar con una persecución a simple vista de los barcos enemigos “cobardes”. El daño causado por las minas dejaría al Jacdaw vulnerable por los costados en las operaciones a corta distancia. Cuando salen por piernas y navegan a todo trapo, el Jackdaw puede dirigirse directamente a la ruta de un barco de Guerra, o ser reducido a astillas en las rocas de aguas poco profundas.
Con los perseguidores a la zaga, un capitán de barco debe ser consciente de las zonas cercanas cartografiadas y estar preparado para las evasiones cuando se adentre en zonas no cartografiadas por pura desesperación.
Traducción por Hugo Ochoa Martínez
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