Como un asesino entrenado, Edward Kenway está bien equipado para escalar las alturas necesarias para inspeccionar su hábitat tropical, a pesar de que todavía necesita un poco de ayuda cuando explora sus profundidades. Aquí es donde la ‘campana de buceador’ viene muy bien.
La campana de buceador es casi tan básica como los equipos subacuaticos que los especialistas portan. Se trata simplemente de una cámara invertida que está suspendida desde arriba y abierta en la parte inferior – el aire atrapado en el interior mantiene al buceador seco y capacitado para respirar cuando la campana es sumergida en el agua. Es un concepto simple y sorprendentemente antiguo, con un uso documentado ya en el siglo IV a.C. Los mismos principios son utilizados en las más sofisticadas campanas de buceo hoy día.
La campana de buceador era común durante la Edad Dorada de la Piratería, y fue particularmente útil para investigar naufragios y botines de salvamento. Un ejemplo famoso involucró a Sir William Phips, cuya exploración en el 1687 de un galeón español hundido frente a la costa de La Española le reportó 300.000 libras en joyas y monedas – el rescate de un rey en el momento, sin duda alguna.
Quedan por ver que tesoros aguardan a Edward Kenway en sus incursiones submarinas. Sin embargo, otros peligros acechan en las profundas aguas azules del Caribe también. Como pronto descubrirás…
Traducción por José Carlos García Díaz
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