Sofisticado, cortés e inteligente, Haytham Kenway fue un héroe para toda una generación de hombres ansiosos de contar con un líder resuelto y carismático. Asesinado por su ingrato hijo, incapaz de apreciar la sabiduría de su pragmático enfoque político y de la vida, y ajeno a la distinción de razas, la carrera de Kenway como gran maestre del Rito Colonial terminó repentinamente en 1781.