Abu’l Nuqoud era el rey de los mercaderes de Damasco y vivía en una gran mansión en el distrito rico. Asesinado por Altair
Punto de vista Assassin
Abu’l Nuqoud era un hombre salvaje amante de los lujos y con cierta predisposición al asesinato. El rey de los mercaderes era conocido por organizar fiestas extravagantes en su palacio, acompañadas de una cargada decoración de obras de arte y un banquete compuesto por las comidas más suculentas. Sin embargo, no era una persona para nada altruista. Sus celebraciones no eran más que una excusa para alimentar sus propios intereses. Solía ostentar su supuesta generosidad a los habitantes de Damasco para ganarse el favor de la gente importante. ¿Y quién era esa gente? Cualquiera con dinero y poder. Lo único que no soportaba eran los pobres. Los consideraba la calaña de la sociedad, y se regodeaba en engañarlos y torturarlos. Los pobres no eran las únicas víctimas: agredía a cualquiera que estuviera al alcance de sus dedos grasientos y mugrientos. Su propia mezquindad e inseguridad lo llevó a asesinar a cientos de inocentes. Su glotonería acabó de la forma más apropiada. Digamos que le sirvieron un postre justo.
Punto de vista Templario
A pesar de su mala reputación, Abu’l Nuqoud era una persona muy generosa. Siempre estaba organizando fiestas para los habitantes de Damasco porque se preocupaba por ellos, o eso creo. Los alejó de las Cruzadas, ¿verdad? No apoyaba la guerra y donó una importante cantidad de fondos para crear paz y estabilidad para el futuro de su gente. Nadie menciona eso nunca, ¿no?