Encontrar una colección única de textos medievales y clásicos superiores a este volumen y con una historia mayor sería un desafío verdadero. En principio adquiridos y recuperados, aproximadamente en1515, por la erudita florentina Sofía Sartor y su marido Ezio Auditore – al parecer un miembro de una familia noble bancaria desfavorecida – esta particularmente rara compilación de trabajos es extensamente valorado para estar entre las antologías más finas de libros fundamentales desde el tiempo de su colección hasta el presente.
Los libros originales se han sido perdidos en la historia, probablemente repartidos y vendidos durante los siglos. Ocasionalmente un tomo aparece silenciosamente en una subasta, su propietario clamará que es parte de los originales Códices Sartor (como la colección ha sido llamada). Después de que cada contendiente ha analizado profesionalmente y clasificado, cada reclamación ha demostrado ser falsa. Muy poco se cree saber acerca de los originales, otros llevan la etiqueta de haber sido conocidos por Niccolo Polo, el padre del ávido explorador Marco Polo. (Finizio, J. Buscando el Viaje de Polo, 1965)
Para haber adquirido una biblioteca de tal variación y textos dispares – desde la Eneida, que detalla los principios míticos del linaje de César, hasta el clásico relato-dentro-de-relato de las Las mil y una noches, al Viejo nórdico encantador Heimskringla – mostró una cantidad notable de calidad y previsión de parte de (Sofía) Sartor y su marido; casi todos estos han resultado tener grande y duradera importancia para la sociedad pensadora.
Italiana de nacimiento, Sartor hizo un asombroso movimiento a través del mundo conocido desde Florencia a Constantinopla en algún momento cercano a 1510, donde esta lectora voraz encontró un sinfín de textos saciando su naturaleza curiosa.Indudablemente la ciudad regia le recordó el paraíso. La ciudad, localizada en el borde Este del Mediterráneo, se mantenía como el pináculo más alto de eruditos y conocimiento en aquel entonces, y bastante merecidamente. Lleno de alboroto y asuntos comerciales, Constantinopla deslumbró el mundo y creció rápidamente en la imaginación común no como el cenagal de mendigos y marineros rebeldes asociados con la mayor parte de puertos, sino como el lugar de encuentro tanto de intelectuales de Occidente como de Oriente y de estudio de tradiciones.
Constantinopla era el paraíso de bibliófilos y estudiantes ilustrados. Mientras tanto, Sartor encontró que había una gran energía mental en el lugar, y llegó a disfrutar verdaderamente la cortesía de esta gema del Este. Ella podía haber escogido una fácil y agradable vida, disfrutando todo el esplendor natural y las maravillas arquitectónicas de esta brillante ciudad. Un viaje de un día traería a una persona al Acueducto de Valente, a la vertiginosa Hagia Sophia, al Hipódromo, y al Bósforo.
Pero, como era de esperar, Sartor no actuó como mera cifra de oficina* (estadística?). Ella hizo una completa vida allí como erudita, y recuperar su valiosa colección era menos un trabajo que una llamada verdadera. Como fue ella capaz de discernir en tal vital y siempre fecundo ambiente académico qué textos seguirían siendo incomparables clásicos de la literatura es un gran misterio, y esto dice acerca de las envidiables cualidades mentales que ella poseía.
Los entusiastas de Sartor ahora arrojan luz sobre los hechos que muestran que ella puede haber sido totalmente responsable de salvar uno o muchos de estos trabajos de haberse perdido para siempre. Noblemente usando sus propios fondos, ella financió la encuadernación de las excelentes ediciones cortas de estos grandes libros, asegurando que futuras generaciones tendrían el acceso fácil a su belleza y encanto. A menudo era alegado quela devoción de Sartor a la tarea de compilación, revisar, encuadernación, y la diseminación de estos primeros libros causaron un realineamiento, un cambio en el curso de la historia. A juicio de este redactor, le debemos realmente una gran deuda. Nos preguntaremos siempre como ella adquirió tantos trabajos importantes y estoy profundamente agradecido que ella lo hiciera.
Hemos seleccionado muchas piezas representativas de los libros conocidos como Códices Sartor para su estudio y disfrute. Las piezas han sido ordenadas cronológicamente dentro de lo posible. Además, las reimpresiones de cartas de lumbreras contemporáneos a Sartor han sido incluidas para proporcionar el sentido de lo que la experiencia humana era en su tiempo. Saboree estos textos. Tome un momento – o trece – para pensar sobre su variedad, su historia, y por qué la sagacidad que ellos contienen sostiene el valor aún hoy.
A. Livingston,
Editor