20 de marzo de 1748

Aunque me gustaba el colegio, tuve que dejarlo este otoño, justo antes de cumplir los dieciséis. Desde que mi padre murió hace cuatro años, la vida ha sido difícil y debo ayudar a mi familia.

Durante los dos últimos años he estudiado geometría, trigonometría y logaritmos. Me fascina la precisión de los números, el poder que nos confieren para encontrar la mejor solución a cualquier problema.

Mi querido hermano Lawrence me ha presentado a Lord Faifax, un hombre extraordinario y uno de los terratenientes más poderosos de toda Virginia. Creo que he caído en gracia, puesto que me ha ofrecido trabajo como agrimensor de sus tierras. Dice que mi habilidad ecuestre y mi amor por las matemáticas demuestran que estoy perfectamente capacitado para realizar esta labor. Se trata de una buena oportunidad. Pronto partiré a la frontera septentrional de Virginia, en los valles de los montes de Allegheny. Lord Fairfax tiene allí grandes propiedades, en su mayoría sin explotar. Mi trabajo consiste en trazar el mapa de la región y en definir los lotes para crear nuevas plantaciones.

El viaje será duro: tendré que cruzar los montes de Allegheny y un desierto antes de llegar a esas tierras salvajes, habitadas por indios nativos. No sé cómo me acogerán. Esta vez mi madre no se ha opuesto a mi partida.

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