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Aunque Roberto de Sable esté muerto, su hermandad sobrevive.
Ahora es menos notoria,pero me temo que sigue siendo una amenaza. Mientras que antes recorrían orgullosos las calles (lo que les convertía en blancos más fáciles), ahora se ocultan entre las sombras y es más difícil seguirles el rastro.¿Qué vilezas estarán tramando en la oscuridad?
Por todo ello, nuestra misión será más complicada. Hay rumores de maniobras en Chipre. Tendré que investigar…
Nuestra tácticas deben cambiar en consecuencia. Adiós a nuestras fortalezas, y a nuestra afición por realizar espectaculares asesinatos en público. Debemos tejer nuestras redes con sigilo, de una forma muy diferente a como hicimos antaño.
Aunque sugiero a mis hermanos que cambien sus rituales, no les pido que abandonen El Credo. Lo que nos convierte en Asesinos no es la amputación de un dedo ni la falsa promesa de un paraíso ni la prohibición de usar veneno. Nos debemos a la gente, no a las costumbres.
Si debemos escondernos, nos esconderemos. Si debemos usar veneno, lo usaremos. Si nuestras hojas se pueden usar sin cortar dedos, no exigiremos su amputación. Y no manipularemos a nuestros inicados con mentiras ni sofismas. Hablaremos con sinceridad, y nos renovaremos por completo.

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Creí que Adha sería quien me otorgaría el descanso, y que podría dejar mi arma y vivir como un hombre normal. Pero ahora sé que es mejor dejar tales sueños para la hora de dormir…
Su rostro. Intento borrarlo de mi mente al recordar los días y las noches en que perseguí por el mar a los Templarios que la capturaron. Casi les cogí a tiempo. Casi. Pero sólo pude abrazar su cuerpo sin vida, y ver el temor grabado en sus ojos abiertos de par en par…
Cacé a cada hombre, uno por uno,hasta mandar al otro mundo a todos los culpables. Pero no sentí alegría, ni satisfacción ni liberación. Sus muertes no me la devolvieron, ni sanaron mis heridas. Después de aquello, estaba seguro de que jamás volvería a sentir lo mismo por ninguna mujer.
Por suerte, estaba equivocado.

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¿Por qué nuestros instintos son tan violentos?. He estudiado la interacción entre diferentes especies. El instinto de supervivencia parece exigir la muerte de otros. ¿Por qué las especies no pueden colaborar?. Muchos creen que el mundo fue creado por un poder divino. Pero yo sólo veo el diseño de un demente, empeñado en la destrucción y la desesperación. Nuestro origen es caótico, accidental. Sólo el paso del tiempo nos ha infundido algo de finalidad. Primero fue la naturaleza… y después el propio hombre.

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Con el tiempo, una frase que se pronuncia muchas veces y en voz alta se convierte en Verdad establecida.
Siempre, claro está, que acalles toda oposición.
Pero si tienes éxito y acabas con tus adversarios, entonces lo que queda es, por defecto, la verdad.
¿Verdad en un sentido objetivo?. No. Pero,¿Se puede conseguir un punto de vista realmente objetivo? La respuesta es no.
Literal y físicamente es imposible. Hay demasiadas variables, demasiadas fórmulas y campos a tener en cuenta. Podemos intentarlo, por supuesto, y acercarnos más y más a una revelación, pero jamás la alcanzaremos del todo.
He comprendido que, mientras existan los Templarios, intentarán que la realidad se acomode a sus deseos. Ellos saben que no existe la Verdad absoluta; o que, si existe, no estamos preparados para reconocerla. En su lugar, lo que intentan es crear su propia explicación.
Ése es el principio rector de lo que denominan “Nueva Orden Mundial”: rehacer la realidad a su imagen y semejanza. No es una cuestión de artefactos ni de hombres, que no son más que herramientas.
Es una cuestión de conceptos. Lo cual es muy astuto por su parte. ¿ cómo se puede hacer la guerra contra un concepto?
Un concepto es el arma perfecta.
No tiene forma física, y sin embargo puede modificar el mundo que nos rodea de maneras innumerables y a menudo violentas.
No puedes matar una creencia. Aunque acabes con todos sus seguidores y destruyas sus textos, tan solo conseguirás un aplazamiento. Tarde o temprano alguien lo descubrirá o la reinventará. Creo que incluso nosotros, los Asesinos, nos hemos limitado a redescubrir una orden que es más antigua que el propio Viejo de la Montaña.

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